Jennifer Lawrence consigue vender su piso por 5 millones menos de lo que esperaba

Es una mujer de éxito, todas las producciones en las que Jennifer Lawrence participa consiguen colocarse en las mejores posiciones y ella siempre recibe las mejores críticas. Es toda una estrella en su trabajo, aunque ahora esté disfrutando de un año sabático, pero no puede ser perfecta en todo y prueba de ello es que en el mundo inmobiliario, la suerte no está de su parte.

Más de un año se ha pasado en el mercado su maravilloso penthouse, un ático de lujo que la actriz compró en el año 2016, que cuenta con todas las comodidades y las mejores vistas del Upper East Side de Nueva York en el que está ubicado.

No hablamos de cualquier vivienda, se trata de un apartamento que cuenta con todas las comodidades que una joven actriz que comienza a despuntar en su carrera y cuenta con la simpatía de directores y público podría desear.

Cuenta con más de 278 metros cuadrados, que se reparten en 3 dormitorios, tres baños y un aseo, un gran salón, un amplio comedor y una sala de esta doble, que cuenta con una maravillosa chimenea de gas. Todo ello destaca gracias a los altos techos de los que presume, así como de sus ventanales, que ocupan gran parte de las paredes.

Aunque pueda resultar extraño por lo que hemos conocido de ella hasta la fecha, la actriz ha resultado ser una estupenda cocinera, durante el tiempo de cuarentena incluso ha compartido su receta de pollo asado. Por eso no es raro que su apartamento de soltera tuviera una espectacular cocina digna de un chef, con nevera para vinos incluida.

La suite principal cuenta con su baño privado, en el que hay una gran bañera y todos los acabados son de mármol de calidad. Sin embargo, uno de los grandes atractivos de este lugar son los exteriores, una gran terraza privada con dos alturas y con unas espectaculares vistas a la ciudad. Está situada en el edificio The Laurel, que cuenta con piscina privada y biblioteca.

Podría pensarse que una casa de estas características no pasaría casi ni por el mercado, seguro que así lo pensó la actriz cuando decidió venderlo y pidió por él unos 14 millones de dólares, poco menos de lo que ella pagó por él, que en aquella época rondó los 15 millones.

Sin embargo pronto vio que no iba a conseguir lo que pedía y rebajó sus expectativas, y su precio, hasta los 12 millones, un precio bastante alejado del que finalmente ha pagado por él el banquero de origen libanés Marwan Kheireddine, quien la ha comprado por 9,9 millones de dólares según afirma 'Daily Mail', toda una ganga teniendo en cuenta lo que la actriz pagó por él.

La actriz estaba más que dispuesta a deshacerse de este apartamento, que en su día era perfecto para ella, pero que ahora mismo ya no es lo que necesita. En los últimos tiempos su vida se había estado repartiendo entre Nueva York y Los Angeles, pero su boda con el galerista Cooke Maroney en octubre de 2019 fue clave para que tomara esta decisión.