Ana Verdasco vuela sola: la benjamina del clan se pone de moda entre las influencers

La moda siempre estuvo presente en la vida de Ana Verdasco, pero no sabía que el destino le tenía preparado el camino para lograr su sueño con tan solo 25 años. La hermana del tenista Fernando Verdasco había planeado estudiar Moda en Londres, pero la reconocida estilista Ana Antic se cruzó en su camino y decidió quedarse en España trabajando como su asistente mientras estudiaba. Siete años más tarde, y tras haber pasado por otros puestos similares, Ana ha decidido volar sola y ofrecer sus servicios como estilista y no como ayudante.

De momento, es el comienzo del camino, pero ha cogido ritmo. Confiesa que su apellido y los contactos de su familia han sido clave para lograrlo, pero su propio trabajo será el que la hará mantenerse. Sin embargo, no todo es bonito, también ha sentido en algunas ocasiones que ser hermana del reconocido tenista, cuñada de Ana Boyer y de alguna manera estar emparentada con Isabel Preysler y Tamara Falcó le ha hecho vivir momentos desagradables, aunque a la larga le compensen. Lo que no le compensa es hacer uso de sus relaciones familiares para convertirse en la estilista de su familia política, por ahora prefiere mantenerse al margen. Ella misma nos lo explica.

Ana, ¿en qué momento decides que lo tuyo es la moda y que es a lo que te quieres dedicar?

Me ha gustado la ideología de la moda desde muy pequeña, siempre veía los desfiles, era muy fan de Victoria's Secret… Todo este mundo me ha gustado mucho siempre, pero yo en principio no pensaba dedicarme a ello, lo veía como un hobby. Pero cuando fui haciéndome más mayor y a través de contactos de mi familia conocí a gente que trabajaba en ello y me comentaban que era un mundo difícil, empecé a verlo como un reto ya no solo personal, sino a nivel profesional.

Y entonces fue cuando decidiste estudiar Moda.

Justo cuando yo terminé el colegio, antes de empezar la carrera, conocí a Ana Antic (estilista) y estuve ayudándola porque ella era muy amiga de mi hermana Sara. En ese momento yo estaba decidiendo si estudiar fuera, si irme a Londres, si quedarme… y al empezar con ella decidí quedarme en España porque me ofreció seguir a su lado, acompañarla a los shootings y ayudarla en el día a día. Entonces lo hablé con mis padres y tomamos la decisión de que lo mejor era hacer la carrera aquí para a la vez poder ir trabajando y conociendo a gente y abriéndome camino.

Empezaste de la mano de alguien con mucha experiencia y conociste a personas a las que cualquier estilista le encantaría vestir, ¿fue tu gran oportunidad?

Sí. Ella conmigo siempre se ha portado muy bien y todo lo que sé lo sé gracias a ella; ha sido increíble ir de su mano.

¿Sientes que tu familia y tu apellido te han hecho el camino más fácil?

Yo creo que sí. Es un mundo difícil, sobre todo al principio, porque al final hay mucha competencia, y tengo que reconocer que a mí se me ha ayudado. Sin ir más lejos, lo que te cuento de Ana Antic. Yo he empezado con ella y gracias a eso he conocido a muchísima gente, y fue gracias a mi hermana Sara. Pero después el reto está en mantenerse y en eso ya no hay ayuda posible, ahí dependes de que tu trabajo guste y de que estés siempre ahí y estés al día, seas muy profesional, muy constante y luches por ello. O sea, que la respuesta es sí, se me ha ayudado, pero no creo que esté donde estoy por ello.

Hasta el momento has sido asistente de otras estilistas y ahora empieza tu andadura en solitario, ¿cómo te sientes?

Sí, desde finales de 2022 he empezado a despegar. Yo llevo en esto de asistente desde que terminé el colegio, también con Cristina Reyes y otras estilistas, estuve seis meses en 'Vogue' de prácticas también y he ido cogiendo soltura. Ahora están empezando a llamarme como estilista marcas para las que antes he trabajado como asistente, por ejemplo Loewe o Rabat.

En los Feroz, los premios de cine considerados la antesala de los Goya, había looks de varias influencers firmados por ti. ¿Cómo se gestionó eso? ¿Ellas te contactaron o tú les ofreciste tus servicios?

Yo vestí a Noemí Navarro y a Jara Alejandra. Se pusieron en contacto conmigo sus representantes porque se está viendo cada vez más el contratar un estilista personal para eventos. Antes no era tan común, pero ahora cada vez se ve más en España y en esta ocasión pensaron en mí. Es la primera vez que he trabajado con ellas y la verdad es que fue muy bien, a mí vestir para eventos me gusta mucho. Ana Antic también estaba muy ligada a esa parte del estilismo y quizá por eso es un trabajo con el que me siento muy a gusto.

¿Qué hace un estilista para que le llegue trabajo? ¿Tú esperas a que los clientes lleguen o los buscas?

Trabajando mucho para estar siempre en todas partes para que te vean y te vayan conociendo. Yo creo que a mí me ha ido saliendo un trabajo tras otro gracias a que me han empezando a ver como estilista, aun así creo que es complicada la transición de asistente a estilista, pero una vez has dado el paso pues ya a esperar que funcione el tradicional ‘boca a boca’.

Con Ana Antic imagino que habrás vestido a grandes celebrities, ¿recuerdas a alguien con especial ilusión?

Sí, bastantes. Una vez un shooting con Paulina Rubio, que yo era gran fan suya de pequeña y para mí fue un ‘¡uauuu!’, también recuerdo una campaña con Elsa Pataky, que aunque era muy amiga de mi hermano Fernando yo no la conocía. Al final me he ido encontrando a gente que tiene relación con mi familia y yo estaba en un segundo plano como asistenta y me presentaba: ‘¡Hola, soy Ana!’, y a veces era un poco extraño. Tuve que aprender cómo hacerlo, porque yo ahí no era nadie. Pero el trabajo con Elsa fue muy divertido, vinieron sus hijos, y fue una campaña muy chula, la primera vez que yo entré en rodaje y me encantó; es mi mejor recuerdo.

¿En algún momento has sentido que tu apellido te perjudica?

Sí. Hay momentos y personas que te hacen sentir eso. Yo en general he tenido suerte y me he rodeado de gente que me ha ayudado al margen de lo demás, pero sí es difícil porque en algunas ocasiones tienes que hacerte valer más y en otras quedarte a un lado. De hecho, para mí ha sido fundamental saber quedarme siempre al lado hasta que me han dicho que hablara o han pedido mi opinión porque si no la gente se piensa que por el apellido te crees superior. Y para nada.

¿Esa es la parte desagradable?

Sí, pero todo tiene su parte buena y su parte mala. Hay que saber llevarlo, aprovechar lo bueno y superar lo malo, y adelante.

¿Has vestido en alguna ocasión a Isabel Preysler o Tamara Falcó? Todo lo que ellas llevan se analiza, ¿eso genera presión?

Yo directamente nunca las he vestido. Con Tamara sí hablo de moda, cuando nos vemos comentamos su colección, lo pruebo, vemos los patrones…, pero nunca me he metido más allá; ellas tienen sus estilistas y creo que es mejor así. Cuando alguien ya tiene su equipo, simplemente por estar relacionadas familiarmente no creo que deba meterme y es algo que no he hecho ni haría nunca.

Pero imagino que, como estilista, vestir a mujeres tan mediáticas te gustaría.

Por supuesto, eso sí, me encantaría, aunque me daría respeto también. Ellas en sí tienen todas mucho estilo y mucha clase; me encantan. De hecho, Isabel está con Cristina Reyes y yo he trabajado con ella y hemos hecho cosas juntas, pero como asistente.

¿A quién sería tu sueño vestir?

Yo soy muy fan de todo el clan Kardashian, es típico, pero las tías se lo han currado, han llegado donde han llegado currando, y vestir a cualquiera de ellas sería un sueño. También me gusta mucho Olivia Palermo, hablar con ella y crear algo juntas sería muy guay. Y Victoria Bekham, porque me parece que se ha reinventado genial, después de ser cantante y de su época de juventud que haya hecho su marca y la gente de la moda la respete me parece admirable y me encanta su estilo, muy limpio y minimalista.

Una persona con un sueldo medio normalito, ¿podría permitirse un estilista para las ocasiones especiales? ¿Podría pagarte?

Yo creo que sí, al final incluso muchas veces puede que te compense. Es cierto que si no eres un personaje público las marcas no te van a dejar las cosas gratis, pero si un estilista tiene contactos puede ir rascando cosas gratis y no hace falta que la persona se las compre y puede entrar como en ese fee, y hay diferentes precios según lo que se necesite; todo sería verlo.