Begoña Villacís: "Los de Vox me llaman Terracís"

Begoña Villacís, vicealcaldesa del Ayuntamiento de Madrid, cumplió en junio pasado dos años en el cargo y actualmente es una de las cabezas más visibles de Ciudadanos. No pierde la esperanza de volver a retomar la confianza en los votantes, y más aún con el difícil momento que vive el Partido Popular y la complicada situación de su presidente, Pablo Casado.

TE PUEDE INTERESAR

Begoña Villacís, como madre y no política, agradece a los sanitarios su labor

Jorge C. Parcero

Su relación con Martínez-Almeida es buena y demostró su lealtad el martes pasado en el pleno del Ayuntamiento. “Lo que dije es que somos un solo Gobierno, pero dos grupos políticos diferentes que hemos vivido momentos muy difíciles, una pandemia, una tormenta como Filomena, que no tenía precedentes, y que hemos sido siempre leales”, afirma. Ese día podía haber cambiado su papel en el Ayuntamiento y pasar de segunda responsable a primera. Esa decisión no entraba entre en su planes.

Reconoce que a veces vivir el mundo de la política es muy difícil y que ella misma vivió personalmente unos ataques desmedidos y machistas.

Se ríe cuando ciertos colegas de la clase política y periodistas poco afines la critican porque va pintada y con tacones. “Me da exactamente igual. Ahora me han puesto el nombre de Terracís para cachondearse de mí porque desde mayo del 2020 se han concedido más de tres mil ochocientas autorizaciones de terrazas gracias a la resolución 51 para ayudar a la hostelería. Que me digan que me pinto la pestaña y que voy con el rímel puesto, pues qué bien. Debe ser por lo único que me pueden atacar”, afirma. El mote de Terracís se lo pusieron los representantes de Vox.

Madre de familia numerosa, con dos hijas adolescentes y una bebe de dos años y medio, no le gusta que la pregunten por la tópica conciliación familiar. “A los hombres esta cuestión ni se la plantean cuando se les entrevista. Me apaño y no hay que darle más importancia. Todos vivimos con urgencias de falta de tiempo”, argumenta.

Cuando llega a casa tiene la capacidad de desconectar y dedicarse a su vida privada. Mantiene una buena sintonía con su exmarido y vive su relación de pareja con el periodista Rubén Amón con tranquilidad y sin la presión que supuso su separación matrimonial. “Nunca pensé que iba a tener a paparazis siguiéndome. Fue un momento difícil, pero ahora todo está en orden”, explica.

De sus tres hijas dice que “son muy diferentes y al haber tanta diferencia con la pequeña me doy cuenta de lo rápido que pasa el tiempo al ver a las dos mayores”. Le gusta cocinar y lo hacía antes de que llegara la fiebre de “todos somos chefs” durante el confinamiento. Sus especialidades son el cocido (madrileño, por supuesto), las albóndigas, la tortilla de patata y los bizcochos. Contaba en aquellas fechas que ella formaba parte de los ciudadanos que buscaban levadura hasta encontrarla.

Villacís acudió el jueves a un almuerzo en el restaurante Coque, que regentan los hermanos Sandoval. Quería agradecer personalmente el trabajo que el cocinero Mario y todos los empleados hicieron durante la pandemia. “Estuvieron cocinando desde el comedor escolar del colegio Ramón del Valle Inclán, en el barrio desde San Blas, para las familias vulnerables. Fue muy bonito. La pandemia también ha servido para demostrar los gestos solidarios y altruistas de mucha gente”, recuerda.

Después del almuerzo tenía varios asuntos pendientes. Acudió a la entrega de los premios de una revista y luego se fue a casa, donde ya Inés, la pequeña, hacía tiempo que estaba durmiendo. Como ella misma decía al finalizar el almuerzo: “Nada distinto a lo que hacemos padres y madres de familia con horarios complicados”.

Ya pasó la moda de señalar su parecido con Meghan Markle y no está muy puesta en las andanzas de los duques de Sussex. Con Albert Rivera mantiene un contacto fluido, pero mucho menos que cuando estaba en activo. “Tengo muy buena relación y eligió vivir una vida diferente alejado de la política”, insiste. De su futuro, lo que tiene claro es que Ciudadanos tiene que resurgir para ser de nuevo una alternativa importante.