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La cara Mar a Lago o cómo la medicina estética ha deformado la cara del equipo de Trump
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La cara Mar a Lago o cómo la medicina estética ha deformado la cara del equipo de Trump

Neuromoduladores, rinoplastias, liftings e incluso relleno de labios… Los retoques estéticos están a la orden del día en el equipo de Donald Trump, lo que repercute en su estructura facial y la recepción de su mensaje

Foto: Donald Trump y Elon Musk. (Getty/Brandon Bell)
Donald Trump y Elon Musk. (Getty/Brandon Bell)

Dice el refranero popular que “dos que duermen en un colchón se vuelven de la misma condición”. Aplicado a Donald Trump y a sus gustos estéticos, podría decirse que la influencia salta de su mujer Melania a los miembros de su equipo y lllega incluso a activistas simpatizantes con el concepto MAGA (Make America Great Again).

¿Mismo médico estético?, ¿mismo patrón de tratamientos? El Daily Mail ya advertía del hecho de que el círculo de Donald Trump comenzaba a compartir similitudes faciales (además de cromáticas). El medio británico acertaba a llamarlo ‘la cara Mar a Lago’, en referencia al resort de Florida en el que Trump se reúne con familia y camarilla.

El revuelo surgió cuando Matt Gaetz se colocó tras el atril con una nueva cara, en la que sus altísimas cejas y sus pletóricos pómulos encendieron las alarmas del retoque estético, tanto para los expertos como para los profanos. Gaetz, que tuvo que renunciar a su nombramiento como fiscal general de Trump por sus escándalos sexuales, rompía con las normas canónicas y no escritas de los cambios físicos en política y se marcaba un ‘Extreme Makeover’ de reality. Es decir, se hacía una nueva cara.

“Clásicamente, siempre se había recomendado que las mejoras estéticas fueran sutiles, que fueran matices, evoluciones en el tiempo”, señala Toni Aira, profesor de Comunicación Política de la UPF-BSM Barcelona School of Management.

placeholder Matt Gaetz en 2024. (Getty/Chip Somodevilla)
Matt Gaetz en 2024. (Getty/Chip Somodevilla)

Recuerda, por ejemplo, los cambios progresivos en la imagen de Pepe Blanco, Soraya Sáenz de Santamaría o Susana Díaz, incluso el rumor extendido de que a Mitterrand le limaron los colmillos. Estos casos cumplían con la recomendación de que los cambions fueran una progresiva evolución de la piel o el cabello, en oposición a cambios demasiado contundentes, “como Albert Rivera o como José Bono con el tema del implante de pelo”.

El caso de la cara Mar a Lago encaja más con la segunda opción. Le pedimos un análisis a la Doctora Elena Jiménez, cirujana plástica y estética y directora médica de Eleca Clinic y al Doctor Leo Cerrud, especialista en medicina estética y nutrición.

“La cirugía plástica y la medicina estética forma parte de esta todopoderosa familia que ahora rige los destinos de los americanos. Padres, hijos, cuñados, nueras, yernos y hasta nietos, representantes todos del llamado estilo Mar a Lago, 'The Mar a Lago face', esa forma exagerada y evidente de ver la estética que tanto gusta en Norteamérica y tan poco gusta en Europa”, resume el doctor Cerrud.

placeholder Donald Trump en 2024. (Getty/Pool)
Donald Trump en 2024. (Getty/Pool)

Sin embargo, y frente a lo que pueda parecer de entrada por lo artificial del color de su piel, de todo el séquito, el que menos “retoques” lleva encima es el propio Donald Trump. “Tiene un envejecimiento normalizado sin que se aprecien signos de corrección con cirugía”, explica la doctora Elena Jiménez. Apunta la experta que, a pesar de que sí se aprecia una línea, que podría parecer una cicatriz en la mandíbula, “no hay ninguna corrección a nivel del cuello” y todo parece indicar que no ha recurrido últimamente ni a neuromoduladores (lo que popular conocemos como toxina botiulínica o Bótox) ni a rellenos, ni a cirugía.

Lo que resulta innegable es el artificial tono bronceado de su piel, un patrón que también se extiende entre alguno de sus colaboradores. La doctora señala a esas zonas, como los pliegues en las patas de gallo o el entrecejo que se aprecian blancos frente al moreno del resto de su piel, como prueba de que, el Presidente electo de los Estados Unidos de América, se broncea.

"Todo parece indicar un abuso prolongado de las camas de bronceado, con todo lo que eso conlleva para la piel a largo plazo, y también un abuso de autobronceador, algo que queda patente en ese tono anaranjado tan artificial que luce Donald una buena parte del año", puntualiza el doctor Leo Cerrud. Y sentencia la doctora Jiménez, “su piel se encuentra deteriorada por el sol, es una piel más gruesa que se llama hiperqueratósica, con unas arrugas estáticas muy marcadas”.

placeholder Detalle del daño solar de Donald Trump. (Getty/Brandon Bell)
Detalle del daño solar de Donald Trump. (Getty/Brandon Bell)

Pero el bronceado del resto de los rostros Mar a Lago, por otro lado una de las zonas más soleadas de Norteamérica, es muy distinto en la base. Mientras Kimberly Guilfoyle, la que fuera asesora de Trump, sí tiene una piel gruesa y con poros abiertos, prueba de que ha tomado mucho sol.

Tanto Lara como Ivanka, incluso Melania Trump defienden el tono bronceado como sublimador de sus rostros, pero sus pieles están libres de cualquier tipo de daño solar, prueba de la fotoprotección de la que hacen uso. Para incorporar el tono bronceado en sus rostros, recurren a “maquillajes que buscan volúmenes y que hacen parecer que están bastante más morenas o con una piel que supuestamente es más saludable”. Y aquí es importante esta parte del mensaje, la creencia arraigada en el colectivo popular de que estar bronceado es sinónimo de salud…

Foto: Este tratamiento inyectable corrige las arrugas en movimiento durante 4 meses (Unsplash)

Medicina estética a lo largo de los años

Pero, la tonalidad terracota de los allegados de Trump es solo uno de los elementos canónicos de la cara Mar a Lago. "Este nuevo look que ahora impera en la casa blanca es completamente plástico y absurdamente artificial y se consigue usando rellenos faciales a lo bestia, bronceado exagerado, trasplantes de pelo, neuromoduladores sin límites, carillas dentales blanco nuclear, labios pompeados, piel suave como la seda y cirugía plástica, mucha cirugía plástica", resume el doctor Cerrud.

  • Matt Gaetz
placeholder La evolución facial de Matt Gaetz. (www.congress-gov.com/Gtres/Joeff Davis/Julia Beverly)
La evolución facial de Matt Gaetz. (www.congress-gov.com/Gtres/Joeff Davis/Julia Beverly)

Por más impactante que aparezca, el rostro de Matt Gaetz es resultado de la corrección de su mordida y de un cuestionable uso de rellenos y neuromoduladores. Según explica la directora médica de Eleca Clinic, antes de los retoques, Matt Gaetz presentaba prognatismo marcado y maloclusión, una deformación que fue intervenida para colocar mejor la mandíbula, sin hacer cirugía de reducción de mentón.

Sin embargo, puede que el cambio más llamativo sea el que se aprecia en su tercio medio, donde la doctora señala la aplicación de neuromoduladores “con una elevación de cejas poco estética”, teniendo en cuenta que sus cejas ya tenían de forma natural un aspecto picudo, lo que acentúa esa expresión tan particular, a lo que se suma también un aumento de volumen en los pómulos. La doctora, señala, eso sí, que, las imágenes más llamativas de Gaetz (las que se viralizaron porque en ellas parecía un mix entre Spock y un personaje de ‘El Grinch’), corresponderían a días inmediatamente posteriores a la infiltración, de ahí que su rostro ahora se haya normalizado, como se ve en la última fotografía. "Nunca vi un tratamiento con neuromoduladores peor puesto en mi vida", sentencia el doctor Leo Cerrud.

  • Kimberly Guilfoyle
placeholder Kimberly Guilfoyle en 2004 y en 2024. (Getty/Evan Agostini/Andrew Harnik)
Kimberly Guilfoyle en 2004 y en 2024. (Getty/Evan Agostini/Andrew Harnik)

Otro de los casos más llamativos de la Mar a Lago face, es el de Kimberly Guilfoyle. “Podemos ver la acción tanto de neuromodulador, incluso en la foto del 2004 hay cejas estáticas, no hay patas de gallo y la sonrisa es solo del tercio inferior, como en la foto del 2024, donde vemos un exceso de relleno a nivel facial en pómulo, tratamiento regenerador de las mejillas, seguramente con activadores del colágeno que han dado un exceso de volumen”, precisa la doctora. La lista de retoques continúa con un lifting de cara y cuello en el que se ha respetado el área de las cejas.

  • Kristi Noem
placeholder Kristi Noem en 2011 y en 2023. (Getty/Mark Wilson/Scott Olson)
Kristi Noem en 2011 y en 2023. (Getty/Mark Wilson/Scott Olson)

La evolución de Kristi Noem, gobernadora de Dakota del Sur y nominada a ser secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, sigue también el patrón Mar a Lago. Igual que le ocurría a Guilfoyle, comenzamos a ver un patrón, apoyado en parte en la falta de expresión facial por el uso excesivo de neuromoduladores, además del aumento del volumen facial a nivel de las mejillas, donde la doctora aprecia incluso trayectos verticales, posiblemente de los restos de relleno (activadores del colágeno o ácido hialurónico puro), también “podrían ser hilos tensores, realizado el tratamiento demasiado cerca de la exposición pública”.

De nuevo, la experta señala al cuello, donde observa “signos de tratamiento quirúrgico, que se ha complementado con relleno a nivel del mentón”. Se suma a la lista un aumento de labios (lo que se aprecia con el bermellón más liso) y aparece la rinoplastia en el menú Mar a Lago, al verse la nariz más fina y con la punta más estilizada.

  • Elon Musk
placeholder Elon Musk en 2010 y en 2024. (Getty/Matt Baron/BEI/Pool)
Elon Musk en 2010 y en 2024. (Getty/Matt Baron/BEI/Pool)

Otro de los llamados a ser personaje estrella de la camarilla del nuevo gobierno de Trump, se mantiene según el criterio médico, alejado de los retoques de la cara Mar a Lago. La doctora Jiménez señala que, igual que Trump, sigue un envejecimiento normal. “No hay ni siquiera cirugía en la zona del párpado que es evidente que lo necesita por la caída de la piel sobre las pestañas”, igual que aprecia un descenso del volumen graso facial, flaccidez en la zona del cuello y pérdida de definición de la mandíbula. Elon pasa de los retoques… Por ahora.

  • Laura Loomer
placeholder Laura Loomer en 2019 y en 2021. (Getty/Stephanie Keith/Joe Raedle)
Laura Loomer en 2019 y en 2021. (Getty/Stephanie Keith/Joe Raedle)

Aunque se encuentra fuera del equipo de Donald Trump, la activista política también sigue la estética Mar a Lago, aunque con notables diferencias en los resultados. Se repite el tratamiento con neuromoduladores en el tercio superior pero “con una falta de corrección o asimetría a nivel de los corrugadores de las cejas”, detalla la doctora.

La falta de armonía en los retoques se aprecia también en el relleno de los pómulos, “no están compensados con la zona de las sienes y la zona frontal, masculinizando la mirada”, la experta también aprecia una rinoplastia y rellenos en el tercio inferior (en mentón y mandíbula y labios) pero descarta lifting y modificaciones en la zona del cuello.

  • Ronna McDaniel
placeholder Ronna McDaniel en 2020 y en 2023. (Getty/Samuel Corum/Justin Sullivan)
Ronna McDaniel en 2020 y en 2023. (Getty/Samuel Corum/Justin Sullivan)

Ronna McDaniel, la que fuera presidenta del Comité Nacional Republicano, es quizá una de las caras de Mar a Lago más conservadoras en lo que a sus retoques estéticos se refiere. La doctora destaca el “tratamiento con neuromoduladores que mantiene la zona superior casi sin gesticular y un volumen en pómulos adaptado a sus facciones”, sin rastros de cirugía y con una notable mejora en su maquillaje.

Patrones faciales

La cara Mar a Lago, sería por tanto más una cuestión de medicina estética que de cirugías, aunque varios de los casos analizados tuvieran realizados liftings y/o rinoplastias. “En muchos casos se ha aplicado medicina estética para intentar solucionar ciertos problemas que no se han podido corregir solo con la parte de cirugía. O directamente se ha optado por los rellenos en casos que hay que tener mucho cuidado, porque ese relleno puede empeorar la condición que, en cambio, con una cirugía se hubiera solucionado de una forma más elegante”, apunta la doctora Elena Jiménez.

placeholder Kimberly Guilfoyle en 2023. (Getty/Chip Somodevilla)
Kimberly Guilfoyle en 2023. (Getty/Chip Somodevilla)

El cambio en una nariz se puede realizar con una rinoremodelación con ácido hialurónico, sin necesidad de cirugía. Sin embargo, hay que recurrir a médicos especializados en ese tipo de prácticas o el resultado no será el deseado o será artificial. Esto explicaría por qué vemos en algunos de estos personajes rostros con volúmenes imposibles o gestos paralizados.

La doctora Jiménez señala los casos de Kristi Noem y Kimberly Guilfoyle. La primera “es una persona que se ha rellenado de una forma que no es del todo correcta”, mientras que en la segunda “se ve perfectamente que la caída que se produce en el tercio medio, la zona que corresponde a pómulos, ha sido sobretratada con relleno”.

placeholder Matt Gaetz en 2024. (Getty/Chip Somodevilla)
Matt Gaetz en 2024. (Getty/Chip Somodevilla)

Añade el doctor Cerrud que, aunque todos estos tratamientos se utilizan en España, la forma de aplicar la medicina en nuestro país y los resultados que se buscan son muy diferentes a los de Estados Unidos. “Los retoques están ahí y se demandan a diario”, bromea sobre el caso español.

Es la misma conclusión a la que llega la doctora Jiménez: “En el caso de la sociedad europea y en especial de la sociedad española, no nos suele gustar que se nos note excesivamente los retoques estéticos, porque nuestra forma de enfocar la parte de la medicina y la cirugía estética no es exactamente igual que en Estados Unidos. Tengo pacientes que son de Estados Unidos, que están muy contentas de enseñar sus fotos de antes y después, o incluso si les publican en Instagram. En cambio ese tipo de pacientes en España son más discretas, buscan que el resto de la gente que le rodea no note ese cambio brusco”.

placeholder El rostro de Ivanka Trump en 2022. (Getty/Spencer Platt)
El rostro de Ivanka Trump en 2022. (Getty/Spencer Platt)

Es posible que los casos de sobrellenado facial sean hechos por el mismo médico, pero es muy difícil de asegurar, apunta la cirujana plástica y estética de Eleca Clinic, que sí señala patrones comunes como las compensaciones de los pómulos en las zonas de las sienes o en la zona frontal en los distintos rostros Mar a Lago, lo que hace que sean más marcados.

Además del factor sociocultural, otra posible explicación a esta tendencia a los retoques estéticos más dramáticos, con cambios de imagen radicales en un corto espacio de tiempo, pueden ser, simple y llanamente, las preferencias del paciente. Más allá de que el médico, por su gusto o técnica, genere este tipo de caras artificiales, también puede explicarse con que sea lo que el propio paciente le demanda, “y cuando los pacientes son famosos es un poco complicado decirles que no y a veces, incluso si este paciente que es famoso se encuentra con un 'no' por parte de un médico, le resulta muy fácil buscar a otro médico que siga haciendo el tratamiento que él le solicita”, confiesa la doctora Elena Jiménez. "Aunque parezca mentira y sus rostros estén tan exagerados, ellos se ven naturales", coincide Cerrud.

placeholder Laura Loomer en septiembre de 2024.  (REUTERS/Eduardo Munoz)
Laura Loomer en septiembre de 2024. (REUTERS/Eduardo Munoz)

¿Puede la altura de las cejas, paralizadas o elevadas, afectar al mensaje político al alterar la expresión facial? “El rediseño de las cejas con neuromoduladores puede dar resultados increíbles, ampliando la mirada y abriendo los ojos, pero también puede alterar por completo la expresión y la mirada dejando un aspecto aterrador. Todo depende de la pericia del médico estético y del gusto del paciente”, responde el doctor Leo Cerrud.

Algo tan habitual como que los músculos de una frente hayan sido paralizados con la inyección de neuromoduladores, no solo devuelve rostros menos expresivos, la doctora Jiménez señala también la aparición de nuevos gestos que no tenemos registrados en nuestra mente, con unas movilizaciones anormales, que “afectan a que nuestra relación social de individuo con individuo se estén modificando”.

Foto: Los hilos tensores se han convertido en la alternativa al lifting con más adeptas en Hollywood. (Imaxtree)

La cara Mar a Lago en la familia Trump

Y para terminar, la guinda del pastel es el germen de la cara Mar a Lago, la expansión de las paralizaciones del tercio facial, las carillas de porcelana, las cejas altas y los pómulos ultradimensionados: la familia Trump. La diferencia notable es que, mientras el resto de actores políticos de los que hemos hablado padecían una cuestionable arquitectura del rostro, en el núcleo de Mar a Lago, los retoques están bien ejecutados… Aunque la artificialidad se respire en el ambiente.

  • Ivanka Trump
placeholder Ivanka Trump en 2003 y en 2024. (Getty/Evan Agostini/Jon Kopaloff)
Ivanka Trump en 2003 y en 2024. (Getty/Evan Agostini/Jon Kopaloff)

La hijísima de Donald Trump, la que fuera asesora del presidente de Estados Unidos, acumula una lista casi infinita de retoques estéticos. Pro supuesto, no faltan la posición de las cejas como consecuencia del combo entre neuromoduladores y maquillaje que vemos en la canónica cara Mar a Lago, igual que los rellenos en los pómulos, pero con matices maestros. “Mantiene el volumen en la zona de las sienes y la zona frontal, seguramente también por rellenos que compensan la zona de aumento de pómulos, que queda marcado en el la fotografía del escorzo, de una forma clara, frente a su imagen de joven con la cara más redondeada”, precisa la doctora, que también señala una rinoplastia en la veintena.

Foto: El nuevo perfil de Ivanka Trump. (Getty/Spencer Platt)

“Dado su cara redonda del 2003, podría haber recurrido a bichectomía para marcar más el pómulo, aunque a veces la evolución facial puede adelgazar, pero veo mucho cambio en este caso”, continuamos con un acertado relleno en la zona del mentón, más marcado en altura y más definido, que contribuye a que otros retoques queden compensados en el rostro. En su análisis del rostro de Ivanka en 2024, concluye la doctora Elena Jiménez con otro ligero cambio: “para mantener la línea mandibular y el cuello, casi seguro que se ha realizado algún lifting porque con medicina estética solo esto no es posible”.

  • Melania Trump
placeholder Melania Trump en 2003 y en 2024. (Gtres/Khazei Darla/ABACA/John Angelillo/UPI))
Melania Trump en 2003 y en 2024. (Gtres/Khazei Darla/ABACA/John Angelillo/UPI))

En el caso de la mujer de Donald Trump, la doctora señala que se trata de un compendio de tratamientos faciales, que incluyen cirugías, tanto rinoplastia como lifting. Sus ojos expertos aseguran los obligados rellenos faciales en pómulos “especialmente y sin el acompañamiento en sienes” de la cara Mar a Lago, así como neuromoduladores en cejas, frente, entrecejo y patas de gallo.

Un matiz importante y del que podemos establecer un poco de paralelismo con su marido, es que sí respeta partes de su rostro libres de medicina estética, “me llaman la atención las arrugas en la zona de mejilla que parece que no ha tratado con inductores de colágeno o que ha preferido que sean más naturales”, sin duda, todo un acierto, no al alcance de toda la camarilla Trump.

placeholder Lara Trump en 2014 y 2024. (Getty/Dave Kotinsky/IVAN APFEL/DAVID DEE DELGADO)
Lara Trump en 2014 y 2024. (Getty/Dave Kotinsky/IVAN APFEL/DAVID DEE DELGADO)

Para terminar, Lara Trump, mujer de Donald Trump Junior, cuyas cejas estáticas imperturbables ante cualquier gesto la colocan en la sección Mar a Lago, a lo que se suma “un aumento de pómulo lateral para mantenimiento del óvalo facial”. Ya un clásico.

Todo muy canónico, pero con un matiz que el experto criterio de la doctora destaca: Lara es una mujer delgada y muy fibrosa, sin embargo, “no tiene disminución del volumen facial como corresponde en las deportistas de alta exigencia, por lo que rellena sus mejillas”. Se suma a la lista de retoques una rinoplastia y el aumento de volumen en los labios. Y, ante la duda de un lifting quirúrgico, la doctora lo descarta, a pesar de que sea muy delgada y con una estructura facial ósea fuerte.

  • La cara Mar a Lago

A grandes rasgos, y a modo de resumen, podría decirse que, la 'cara Mar a Lago' se caracteriza por la congelación del tercio superior del rostro con neuromoduladores, la elevación de las cejas y el aumento del volumen de los pómulos. Un patrón estético al que se pueden sumar elementos como el relleno de labios, las carillas de dientes, la rinoplastia, el lifting y el bronceado (con lámpara de rayos UVA, directamente bajo el sol o con un acertado uso de los polvos bronceadores).

Y cerramos recuperando una frase del profesor Toni Aira, "si la imagen de un político, clásicamente, era muy artificial, era netamente postiza: era netamente falsa". Ahora, lo que es netamente falso es el rostro del círculo más cercano al Presidente electo de los Estados Unidos.

Dice el refranero popular que “dos que duermen en un colchón se vuelven de la misma condición”. Aplicado a Donald Trump y a sus gustos estéticos, podría decirse que la influencia salta de su mujer Melania a los miembros de su equipo y lllega incluso a activistas simpatizantes con el concepto MAGA (Make America Great Again).

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