Homenajes a Isabel II y glamour: Buckingham se llena de quilates en el primer gran evento de Carlos III
La figura de la reina Isabel estuvo muy presente la noche de este martes en la que fue la primera cena de Estado del nuevo monarca
La figura de Isabel II estuvo muy presente la noche de este martes en la que fue la primera cena de Estado de Carlos III. El nuevo rey agasajó al presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, con un gran banquete en el palacio de Buckingham, engalanado expresamente para la ocasión. Fue el 8 de septiembre cuando Isabel II falleció y su primogénito se convirtió automáticamente en rey del Reino Unido. A espera de que llegue la coronación, prevista para el 6 de mayo de 2023, el nuevo monarca sigue los pasos de su madre en lo que se refiere a brillo y boato.
La imagen de una joven Isabel II, tomada en 1952, pocos meses después de que ascendiera al trono, fue lucida por las damas de la familia Windsor, en lo que se conoce como la insignia de la Royal Family Order. Una orden muy especial a la que solo pertenecen las mujeres del clan, entre ellas la reina Camila, la princesa de Gales, la condesa de Wessex y la duquesa de Gloucester, presentes en la velada. Cada monarca crea su propia orden y tiene su insignia, en el caso de Isabel con una tela amarilla. Se esperaba que en esta cena, las damas lucieran también la de Carlos III, pero el monarca todavía no ha creado su orden.
Aparte de su fotografía, ha habido muchos homenajes con las joyas lucidas. Existía una gran expectación por ver qué tiaras elegirían Camila y Kate para debutar de largo como reina consorte y princesa de Gales, respectivamente. Y mientras la primera estrenó una pieza propiedad de Isabel II, la segunda apostó por una más ligada a Lady Di. Camila coronó su cabeza con la tiara Belga, que su suegra adquirió en 1963 para combinarla con un juego de zafiros que su padre le había regalado.
Originalmente, se trataba de un collar que perteneció a la princesa Luisa, hija del rey Leopoldo II de Bélgica, de ahí su nombre. Sin embargo, su vida llena de desventuras hizo que se viese obligada a vender todas sus alhajas, entre las que se encontraba este collar que Isabel II convirtió en tiara al adquirirlo. Camila llevaba, además, el collar que Jorge VI regaló a su hija y unos nuevos pendientes de diamantes y zafiros.
También la tiara que lucía Kate Middleton perteneció a Isabel II, pero en la mente colectiva está relacionada con Lady Di, pues fue quien más la llevó. Hablamos de la Cambridge Lover's Knot Tiara, la favorita de su difunta suegra. Creada con diamantes de talla brillante y perlas en forma de gota por la joyería Garrard, la diadema data de 1913. Fue un encargo expreso que realizó la reina Mary, esposa de Jorge V, ya que desde bien pequeña había admirado una tiara de su abuela, la princesa Augusta de Hassel-Kassel, de características similares a esta, y quería poseer una parecida.
A su muerte, la reina Mary dejó la tiara a su nieta, la reina Isabel II, quien cedió el uso a su nuera, Lady Di. La madre del príncipe Guillermo lució la joya en numerosas ocasiones y llegó a convertirse en su favorita. Tanto es así que la utilizó para el mítico reportaje realizado por Mario Testino para 'Vanity Fair'. Cabe recordar que años después comentaría durante una entrevista que el movimiento oscilante de las perlas le provocaba dolor de cabeza. Tras su divorcio del príncipe de Gales en 1997, la tiara regresó a la Corona británica y no fue hasta diciembre de 2015 cuando Kate la rescató.
Kate llevaba, además, otras joyas pertenecientes a Isabel II y a Lady Di. De la primera lucía una pulsera de perlas que se le vio por primera vez tras la muerte de la soberana. Por otro lado, los pendientes, de diamantes y con una gran perla colgando, pertenecieron a Diana. El broche, que sujetaba la banda de la Real Orden Victoriana, era la única pieza que no provenía de otra dama de la familia real. Lo estrenó en el Día del Recuerdo y fue adquirido en una subasta en enero, por lo que se cree que puede ser un regalo del príncipe Guillermo a su esposa con motivo de su 40 cumpleaños. Está valorado en 14.000 euros.
Más allá de las tiaras y demás joyas, la mayoría de ellas elegidas en recuerdo a Isabel II, toca el turno de hablar de los estilismos, y en este sentido Kate Middleton fue la auténtica protagonista, con un look de cuento de hadas. La princesa de Gales confió en la aguja de su diseñadora favorita para los actos de gala, la británica Jenny Packham, eligiendo un vestido blanco de 5.000 euros, realizado en crepé elástico, con escote barco, mangas largas abiertas, detalle de joyería en la zona de los hombros. El modelo original tiene una abertura en la espalda, que Kate cerró para hacerlo más clásico.
Si Kate repitió tiara y estrenó vestido, Camila hizo exactamente lo contrario, recuperando de su vestidor un modelo azul que iba perfecto con los zafiros. La reina optó por un diseño de Bruce Oldfield, de cuello redondo, manga larga, elaborada en encaje, y silueta recta en tonalidad azul Klein, que ya le habíamos visto en ocasiones anteriores. Por ejemplo, en el reportaje que protagonizó para la versión británica de la revista 'Vogue'.
Por su parte, la otra dama de la familia confió en el color verde. Hablamos de Sophie de Wessex, que no estrenaba ni título ni tiara, pero sí vestido de la firma Suzannah. La esposa del príncipe Eduardo se decantó por un modelo largo vaporoso jade de manga corta acampanada y escote cruzado en forma de V con cinturón elaborado en el mismo material, con el objetivo de potenciar su silueta, y falda de ligero vuelo. Además, Sophie lo completó con sandalias de tacón y clutch plateados y la tiara de aguamarina. Ella también quiso homenajear a su difunta suegra con los pendientes y el collar, que pertenecieron a Isabel II.
La próxima vez que veamos a los Windsor vestidos de tiros largos en Buckingham será en la recepción al cuerpo diplomático, acto que se lleva a cabo a mediados de diciembre. Veremos si Kate se decide ya a estrenar tiara o prefiere seguir luciendo las que ya llevaba como duquesa de Cambridge.
La figura de Isabel II estuvo muy presente la noche de este martes en la que fue la primera cena de Estado de Carlos III. El nuevo rey agasajó al presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, con un gran banquete en el palacio de Buckingham, engalanado expresamente para la ocasión. Fue el 8 de septiembre cuando Isabel II falleció y su primogénito se convirtió automáticamente en rey del Reino Unido. A espera de que llegue la coronación, prevista para el 6 de mayo de 2023, el nuevo monarca sigue los pasos de su madre en lo que se refiere a brillo y boato.