Dieta Shangri-La o cómo engañar a tu cerebro para conseguir adelgazar

Muchas son las dietas que se centran en nuestra alimentación para ayudarnos a perder peso. Destacan lo que debemos comer y lo que no nos conviene, pero también las cantidades que más nos benefician e incluso las horas a las que debemos consumirlos.

La dieta Shangri-La tiene una forma diferente de ayudarnos a perder peso porque lo que pretende es poner a nuestra disposición un método para controlar las ganas de comer sin necesidad de tener que hacer grandes sacrificios.

Su autor, Seth Roberts, defiende que nuestro cuerpo tiene mecanismos internos de control del peso, lo que él llama ‘punto de ajuste’, que es el peso que el cuerpo se esfuerza en mantener. Si está por debajo, estimula el apetito.

Asegura que al consumir alimentos sin sabor, este punto de ajuste se desequilibra y se logra perder peso. Afirma esto porque cree que, cuantos más sabores se perciben, más tendemos a comer. En esta dieta introduce calorías sin sabor para crear un ‘cortocircuito’ y romper esta dinámica.

Para ello propone tomar un vaso de agua con azúcar diluido, con la intención de engañar a nuestro cerebro y hacer que sintamos menos hambre y así, de forma natural, comamos menos, consumiendo así menos calorías de las habituales. Eso sí, el autor lo tiene claro, si esto no te funciona, si tras unos días no sientes menos hambre, esta dieta no es para ti.

A lo largo del tiempo, esta dieta ha ido cambiando, sobre todo porque ahora conocemos los efectos nocivos que un exceso de azúcar puede tener sobre nuestro cuerpo. Seth Roberts propuso cambiar el agua con azúcar por una cucharada de aceite de sabor suave, aunque también puede tomarse disuelto en agua.

En teoría podemos tomarlo en cualquier momento del día, con tanta tranquilidad como queramos, como si de un refresco se tratara, pero también sirve si lo tomamos en dos dosis iguales. Por ejemplo, a media mañana y media tarde, o nada más levantarnos y antes de ir a dormir.

Eso sí, hay algunas cosas a tener en cuenta una vez que lo hemos tomado, porque es recomendable no comer nada en ni una hora antes de tomarlo, ni una hora después. Más concretamente nada que tenga sabor, eso incluye café y té, pero también enjuagues bucales.

Además hay algunos otros trucos que recomienda para que el sistema sea más efectivo y evitar que la sensación de hambre sea mayor, como no cocinar o exponernos a olores intensos y no ver anuncios o programas de televisión en los que se cocina. Aconseja también escoger alimentos con un bajo índice glucémico.

Esta técnica no es una carta blanca para comer todo lo que queramos sin importarnos que nuestra alimentación sea adecuada y saludable, su autor lo recomienda como una ayuda temporal para conseguir una pérdida de peso más rápida y sin grandes esfuerzos.

A pesar de ello, cuando queremos adelgazar, lo mejor es que sea un experto quien diseñe el método que más se adapte a nosotras de forma individual y que pueda ayudarnos a conseguirlo de una forma saludable.