El fotoprotector resistente al agua, al calor y al roce existe y es el que usan los surfistas
La fotoprotección forma parte de nuestro día a día, pero ciertas situaciones pueden hacer que pierda efectividad, y el verano es una de ellas. Los últimos avances tecnológicos amplían los superpoderes de resistencia de los protectores solares
Una de las normas inquebrantables para el surfista Kanoa Igarashi, medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, es desde su más tierna infancia no saltarse jamás la protección solar antes de lanzarse al mar. “Mi madre solo tenía dos normas para el surf: antes tenía que hacer los deberes y echarme el fotoprotector”, confiesa a Vanitatis la joven promesa del surf.
Porque la piel de un surfista es quizás una de las más expuestas a las condiciones meteorológicas adversas que asociamos al verano, el testimonio de un deportista de élite sobre la fotoprotección es algo así como el mejor tester.
Poco a poco vamos cumpliendo con la norma de no salir de casa sin habernos echado protector solar, al menos en el rostro. Una lección que hemos incorporado en la rutina, más por evitar que el envejecimiento de la piel se acelere que por los estragos que el sol causa en ella. A los fotoprotectores les pedimos cada año un paso más, así hemos llegado ahora a los protectores que no se van ni con el roce, pero sin tener por ello que penetrar en las capas más profundas de la piel.
Una tecnología a prueba de surfista y a prueba de océano. Puedes bañarte en el mar, sudar mientras las temperaturas suben e incluso rozarte con la toalla, que tu fotoprotector no se va a mover; es más, lejos de perder eficacia, esta va a verse fortalecida.
Suena tan sugerente como pensar en la llegada de las vacaciones, pero en realidad se ha convertido en la última obsesión del sector cosmético, sumar cada día propiedades a las cremas solares. Además de protección ante el astro rey y sus perjuicios ante nuestra piel (con ingredientes antioxidantes) o la sensorialidad (para hacerlos más atractivos), la resistencia del fotoprotector ante cualquier factor externo es la preocupación en la que concentrar la atención.
A prueba de calor, agua y toalla
En el caso de Shiseido, esta seductora propiedad se logra a través de la tecnología AutoRepair, implementada en la reformulación de sus célebres protectores solares. Después de aplicar el solar sobre la piel y a lo mejor habernos rozado con la toalla, la idea es que la película protectora de la crema solar vuelva a ser uniforme, recuperando su poder protector adecuado.
Como explica Nathalie Broussard, doctora en Farmacia y directora de Comunicación Científica de Shiseido, esto se consigue a través de la estructura de la formulación, capaz de trabajar en diferentes niveles de la piel. “La resistencia a factores externos (como la fricción o el agua) no está relacionada con un efecto en capas más profundas. Justo al contrario, es gracias a la acción en la superficie de la piel”, apunta.
La revolucionaria formulación actúa a dos niveles, sobre la piel y en la piel. Sobre la piel, forma un velo protector que interactúa con los factores a su alrededor. “La fórmula contiene algunos sensores de calor y minerales que permanecen en la superficie de la piel y reaccionan cuando entran en contacto con el calor y el agua para crear un escudo más fuerte (las tecnologías HeatForce y WetForce que Shiseido lanzara en 2018 y 2014, respectivamente)”, detalla Nathalie Broussard.
Pero ¿y la resistencia ante la fricción? “Para el efecto autorreparador utilizamos un ingrediente que aumenta la fluidez del velo de protección solar, lo que permite su reparación cuando se daña”, señala la directora de Comunicación Científica de Shiseido.
Esta tecnología ha sido bautizada como AutoRepair, y repara automáticamente la película protectora cuando se daña: “Como resultado, la película vuelve a ser uniforme y proporciona una protección UV óptima y duradera”.
Este poder de resistencia no nos exime, sin embargo, de la reaplicación, algo que incluso los surfistas profesionales hacen. “Intento reaplicar el protector solar cada hora y media”, recuerda Kanoa Igarashi, quien colabora desde hace años con Shiseido, no solo como imagen, sino también a través de iniciativas como el Blue Project para el mantenimiento de los océanos a través de labores de limpieza, concienciación y el apoyo a organizaciones locales.
Cuando los entrenamientos o las competiciones se alargan, alguien de su equipo, a veces incluso su camarógrafo, lleva siempre un fotoprotector encima. La versión SunStick, un protector sólido que se aplica como una barra, es uno de los formatos preferidos de los surfistas.
La resistencia de los fotoprotectores de la firma japonesa es una de las cualidades que más destaca el surfista: “Son muy fuertes y resisten al sudor y al agua salada, que es muy dura. Sin embargo, sus solares se mantienen en mi rostro, pero no me entran en los ojos, y eso es muy importante. Necesito un producto en el que poder confiar”.
Nacido en Estados Unidos, pero hijo de japoneses, el cuidado de la piel es una preocupación real para Kanoa, algo que le han inculcado tanto su madre como su padre -también surfista-. Así que el medallista incide en la importancia de retirar por completo el protector solar de la piel a diario. “Es importante ponérselo todos los días, pero también es muy importante quitárselo. Yo siempre utilizo un limpiador y luego un tónico”, apunta.
Compromiso con el medioambiente
Casi del mismo modo que las fórmulas de los protectores solares, con la tecnología y la constante investigación científica de la mano, han logrado crear fotoprotectores que, mientras te protegen del sol, son sensoriales y combaten el estrés oxidativo que acelera el proceso de envejecimiento de la piel. Otra de las preocupaciones sobre la mesa es la de su impacto medioambiental.
Los envases que terminan en el océano o los residuos resultantes de los protectores con los que nos metemos en el mar y que terminan en los arrecifes de coral, por mínimo que sea el porcentaje, llevan a la industria a desarrollar fórmulas y recipientes responsables.
“Es muy difícil evaluar la responsabilidad de los protectores solares por el impacto en las condiciones marinas. Varios centros de investigación en todo el mundo han estudiado las causas y reconocen que los factores principales pueden atribuirse al calentamiento global, la acidificación del agua y la sobrepesca, además de la contaminación, pero, a día de hoy, ningún estudio sólido ha podido demostrar con precisión la parte de responsabilidad de los cosméticos”, precisa Nathalie Broussard.
Lo que pretenden desde Shiseido es mejorar sus fórmulas basándose en las últimas investigaciones y tecnologías, pero sin perder de vista su impacto medioambiental: “Desarrollamos productos de protección solar con excelentes propiedades resistentes al agua y nuestras investigaciones internas han demostrado que su elución en el agua es mucho menor que en el pasado”.
La reducción del impacto continúa con los envases de sus productos, elaborados con biopolietileno, derivado de la caña de azúcar, y aptos para ser rellenables, con un packaging de papel procedente de bosques gestionados ecológicamente.
El Blue Project, en el que Kanoa Igarashi participa, es otra de estas acciones que tiene como objetivo concienciar a todas las generaciones, mejorar el estado de las playas o colaborar con organizaciones locales. Por ejemplo, durante la competición MEO Rip Curl Pro celebrada en Portugal, Shiseido colaboró con la asociación Peniche Ocean Watch, encargada de limpiar las redes de los pescadores para procesarlas y darle una segunda vida al plástico del que están hechas.
En esta labor, Kanoa realiza él mismo algunas de las actividades y, como confiesa, le ayudan a ser consciente del impacto que todos tenemos en el medioambiente. “Aprendes mucho sobre la conservación de los océanos y formas que nunca antes había visto. Como, por ejemplo, reciclar viejas redes de pesca y convertirlas en productos. ¡Han hecho muebles con ellas! Realmente es genial verlo. Simplemente, aprender sobre cosas y apoyar a organizaciones locales que están haciendo un muy buen trabajo”.
Icono de una generación -como en su día lo fue para él el surfista Kelly Slater- y deportista de élite, incide en la importancia de esos pequeños gestos que todos podemos hacer y que pueden ser algo tan sencillo como informarse y contarlo.
“Hoy en día tenemos recursos tan buenos como las redes sociales e internet para aprender sobre las formas en que podemos tener un impacto positivo en el medioambiente. Creo que ese es el primer paso. Aprender sobre ello, apasionarse por ello y luego correr la voz. Querer contárselo a tanta gente como sea posible. Apoyar a sus organizaciones locales. Cada pequeña ciudad tiene una organización que está luchando contra el cambio climático y que está trabajando con empresas que son respetuosas con el medioambiente. Se trata de saber qué productos estás usando. Se trata de saber qué estás haciendo”, remata el surfista.
Aviso a navegantes solares: filtros, fototipos y horas al sol
Y, para rematar, volvemos al tema de utilizar protector solar, a esos pequeños inconvenientes que, a lo mejor, pasamos por alto y pueden tener un impacto en nuestra piel. Como, por ejemplo, que en realidad no aplicamos la suficiente cantidad para asegurar la protección indicada por el SPF (factor de protección solar) a pesar de utilizar un buen filtro. Como apunta Nathalie Broussard, es por eso que se recomienda reaplicar los protectores solares cada dos horas.
Otro apunte de la experta, especialmente de cara al verano y más teniendo en cuenta la climatología española, es delimitar la exposición al sol: “También puede resultar interesante consultar el índice UV local, que proporciona información sobre la intensidad de los rayos UV (puedes consultarlo en la web www.weatheronline.co.uk)”. Este tipo de herramientas indican el nivel de riesgo de exposición al sol sin protección, además de recomendar las horas a las que evitar estar en exteriores.
“El uso de protector solar es, por supuesto, una solución para reducir el impacto de los rayos UV en nuestra piel, pero, en ningún caso, debería incitarnos a prolongar nuestro tiempo de exposición. En el comportamiento de exposición solar no solo influye la intensidad de los rayos solares, también está relacionado con el fototipo”, sentencia Broussard.
Otra duda habitual a la hora de dar con el fotoprotector idóneo es el tipo de filtros solares que utiliza. En el caso de Shiseido, por ejemplo, sus solares contienen una combinación de filtros químicos y/o minerales, para ofrecer una protección de alto espectro ante los rayos UVA y UVB: “Están rigurosamente seleccionados de acuerdo con la regulación cosmética europea para ofrecer una alta eficacia y tolerancia”.
Una de las normas inquebrantables para el surfista Kanoa Igarashi, medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, es desde su más tierna infancia no saltarse jamás la protección solar antes de lanzarse al mar. “Mi madre solo tenía dos normas para el surf: antes tenía que hacer los deberes y echarme el fotoprotector”, confiesa a Vanitatis la joven promesa del surf.
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