Es noticia
Menú
El Palacio Real de Marselisborg: la histórica residencia de la familia real danesa en Navidad
  1. Casas Reales
En verano y Navidad

El Palacio Real de Marselisborg: la histórica residencia de la familia real danesa en Navidad

En verano y Navidad, la reina Margarita de Dinamarca cambia su residencia habitual por este palacio, pero sus jardines se pueden visitar el resto del año

Foto: La reina Margarita de Dinamarca, disfrutando de la naturaleza. (EFE/Caroline Blumberg)
La reina Margarita de Dinamarca, disfrutando de la naturaleza. (EFE/Caroline Blumberg)

Las visitas no pueden entrar al interior del Palacio Real de Marselisborg, pero tiene una explicación muy sencilla, esta edificación es la residencia oficial de la reina de Dinamarca en los meses de estío y en este lugar también suele pasar la familia real otras fiestas señaladas, como Pascua y Navidad. Así, días antes de que la familia acuda, se hace imposible incluso caminar por sus jardines, una lástima pues su belleza es destacable.

Una residencia que nada tiene que envidiar a otros edificios reales, como el castillo de Glamis, de la familia real británica, el Palacio del Príncipe de Mónaco o el Palacio Real de Madrid, que celebra su 270 aniversario. Recibido con frialdad por parte de la actual monarca, fue su marido, el príncipe Enrique, fallecido en 2018, quien no dudó de las posibilidades que esta residencia les ofrecía y, gracias a ello, apostaron por este palacio, reformándolo y modernizándolo hasta convertirlo en el lugar que es hoy día, uno de los más importantes de Aarhus.

La edificación original databa del año 1500 aproximadamente y anteriormente era conocida como Havreballegård. Durante mucho tiempo perteneció a la Corona, pero las luchas de poder del momento, así como las guerras que batallaron, hicieron que esta se endeudara más de lo que se podía permitir. De esta forma, en 1661 cambió de manos y pasó a ser propiedad del comerciante holandés Gabriel Marselis, uno de los mayores acreedores.

Fue su hijo Constantino quien heredó las tierras en 1673 y decidió cambiarle el nombre, optando por el que todavía hoy tiene, que se podría traducir como castillo de Marselis. El nombre es lo único que se conserva del edificio original, pues debido a los constantes cambios de propietario -Constantino murió sin descendencia-, así como a algunos incendios y al inexorable paso del tiempo, tuvo que ser reconstruido por completo.

El último propietario privado de la finca fue Hans Peter Ingerslev y tras su muerte en 1896 fue la ciudad la que se quedó con los terrenos y los edificios. La ciudad quería seguir creciendo y tenían problemas de espacio que parecían quedar resueltos con la incorporación de las tierras de Marselisborg. Los edificios también fueron utilizados, en uno de sus edificios se construyó un internado.

En 1897 se anunció el compromiso matrimonial del entonces heredero al trono, el príncipe Christian planeaba jurarle amor eterno a la princesa Alexandrine. Se quiso agasajar a la pareja con una residencia de verano y el Ayuntamiento de Aarhus se ofreció a poner a disposición de forma gratuita parte del terreno de Marselisborg para este fin. De esta manera, volvía a manos de la Corona danesa.

El actual palacio fue construido entre 1899 y 1902, y es obra del arquitecto Hack Kampmann, quien optó por diseñarlo con un estilo clasicista. Tiene dos plantas, en la primera de ellas encontramos los apartamentos privados y los dormitorios de la familia, mientras que la planta baja está reservada a un amplio vestíbulo, varios salones y cuenta con escaleras simétricas, ubicados a ambos lados de la entrada. También cuenta con sótanos y buhardillas.

Fue Federico IX, hijo de Christian y padre de la actual reina Margarita quien se lo regaló a su hija en 1967, quien por aquel entonces todavía era heredera del trono. Gracias a los fondos que los novios habían recibido como regalo por su enlace celebrado ese mismo año, pudieron actualizar el palacio y adaptarlo a sus gustos y necesidades, convirtiéndolo así en una de sus residencias.

Como hemos señalado antes, la monarca continúa haciendo vida en el palacio desde que le fue entregado, por lo que no es posible visitar el interior, donde se pueden encontrar bellas antigüedades, como muebles y obras de arte que recorren varias épocas. Sí que es posible caminar y descubrir los secretos que encierran sus jardines, obra del paisajista L. Chr. Diederichsen, quien junto a la reina Alexandrine se encargó de diseñar un espacio mágico de 13 hectáreas.

Rodeados de árboles, pequeños estanques y colinas bajas, existe una maravillosa zona de rosales, así como un jardín de hierbas. A lo largo del recorrido, de estilo inglés, se pueden encontrar algunas esculturas que añaden valor a la zona y la convierten en un paseo digno de recorrer. La única pega de Marselisborg es también la responsable de su encanto, pues es un palacio íntimo y privado, por lo que no es suficientemente grande como para albergar a la familia al completo.

Durante los periodos de tiempo en lo que la reina Margarita se encuentra en la propiedad junto a su familia, hay un cambio de guardia a las 12:00 horas, que ella misma supervisa. Tradicionalmente, cuatro días antes de que la familia se instale para disfrutar de las festividades, las visitas públicas son interrumpidas, para garantizar la privacidad y la seguridad de todos. Un par de días después de que se marchen se pueden volver a visitar.

Las visitas no pueden entrar al interior del Palacio Real de Marselisborg, pero tiene una explicación muy sencilla, esta edificación es la residencia oficial de la reina de Dinamarca en los meses de estío y en este lugar también suele pasar la familia real otras fiestas señaladas, como Pascua y Navidad. Así, días antes de que la familia acuda, se hace imposible incluso caminar por sus jardines, una lástima pues su belleza es destacable.

Familia Real de Dinamarca
El redactor recomienda