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Cinco secretos de belleza para cuidar tu piel cuando te vas a la montaña o a esquiar
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Shinrin Yoku

Cinco secretos de belleza para cuidar tu piel cuando te vas a la montaña o a esquiar

Si has tenido la suerte de viajar a la montaña o a esquiar, no descuides tu rutina de belleza diaria y añade estos tips a ella. Verás que vuelves a la vida diaria como nueva

Foto: Para caminar en la montaña o por la nieve, hay que prestar especiales cuidados a la piel tanto antes como después. (Unsplash/Austrian National Library)
Para caminar en la montaña o por la nieve, hay que prestar especiales cuidados a la piel tanto antes como después. (Unsplash/Austrian National Library)

Muchas personas aprovechan a principio de enero para hacerse una escapada a la montaña o a la nieve. Este es un plan perfecto para desconectar y comenzar el año nuevo con las pilas cargadas, pero también puede ser el momento idóneo tanto para modificar algunos hábitos de la rutina de belleza diaria como para introducir ingredientes autóctonos o incluso probar algún secreto de belleza propio de la zona.

Ten en cuenta que “cuando la temperatura es baja, nuestra piel necesita más hidratación y protección medioambiental. Esto se debe a que el frío causa vasoconstricción en los capilares cutáneos, lo que provoca que no llegue suficiente oxígeno ni nutrientes a las células de la epidermis, dejando la piel con un aspecto apagado”, revela Aura Serras, directora de iS Clinical España.

placeholder Además de protegernos de las bajas tempraturas, hay que preparar, proteger  y reparar la piel. (Getty/Hulton Archive)
Además de protegernos de las bajas tempraturas, hay que preparar, proteger y reparar la piel. (Getty/Hulton Archive)

Asimismo, “durante el invierno la piel produce menos grasa y sin este manto lipídico protector la humedad de la superficie cutánea se evapora más deprisa. Si añadimos la cantidad de agentes externos que condicionan el metabolismo de nuestra dermis, como el viento y las frías temperaturas del exterior que chocan con el aire caliente de la calefacción, este proceso se refuerza”, añaden los expertos de la marca de cosmética sostenible Ringana. El resultado: tirantez, sequedad, rojeces, descamación, mayor sensibilidad, grietas y arrugas más marcadas, así como sensación de labios pelados y agrietados.

Usa protección solar a diario

La nieve refleja el 80% de los rayos ultravioletas, con lo que nuestro rostro está muy expuesto a la radiación solar, así como a otros agentes tales como el frío, el viento y el hielo. Por lo que si vas a esquiar o vas a permanecer muchas horas en contacto con la nieve, debes tener ciertas precauciones para que tu piel no sufra. “Intensifica la hidratación para protegerla del aire y el frío, y usa fotoprotector de alto espectro para proteger toda la cara de los rayos ultravioletas, haciendo hincapié en el dorso de la nariz, los pómulos y la frente”, aconseja el doctor José María Ricart, director médico del Instituto Médico homónimo.

placeholder Apura en otoño los restos de tus fotoprotectores del verano. (Imaxtree)
Apura en otoño los restos de tus fotoprotectores del verano. (Imaxtree)

Y recuerda que “su uso y renovación es necesaria durante todo el día, incluso aunque esté nublado; así como también es importante que te protejas los ojos con gafas, ya que mientras practicas este deporte de invierno también pones en riesgo tu salud ocular”, añade.

Exfóliate de una manera más suave

Es cierto que durante los meses de más frío “se retrasa el ciclo de la renovación celular y se acumulan las células muertas, causando una sensación de tirantez y falta de confort debido a que esta capa impide que la secreción sebácea natural de la piel llegue a la superficie para lubricar y nutrir la epidermis, dejando la piel seca y sensible”, explica la directora de iS Clinical España. Sin embargo, añadir un exceso de ácidos exfoliantes en el cuidado facial no es la solución, pues estos pueden fragilizar la barrera cutánea.

placeholder Los limpiadores enzimáticos devuelven la luminosidad a la piel al ayudar a despegar la capa de células muertas que se acumula en su superficie. (Imaxtree)
Los limpiadores enzimáticos devuelven la luminosidad a la piel al ayudar a despegar la capa de células muertas que se acumula en su superficie. (Imaxtree)

Prueba a aplicarte un exfoliante enzimático una vez a la semana y, si es necesario, un par de días. Y acompáñalo siempre de una mascarilla hidratante o calmante posterior y verás que tu cutis agradece estos gestos.

Incorpora en tu rutina ingredientes autóctonos

Hay una serie de ingredientes que podemos encontrar en climas fríos y que son propios del invierno. Muchos de ellos tienen beneficios directos en la piel, produciendo reacciones positivas que la ayudan a protegerse de los daños que puede causar el descenso del termómetro sobre ella.

Ya que “el frío extremo compromete la función barrera de la piel, produciendo irritaciones al desequilibrar los niveles de hidratación, aplicando cosméticos que incluyan árnica, manzanilla, caléndula, lavanda o romero, con propiedades calmantes, conseguirás paliar esos síntomas. Aparte, son plantas que suelen garantizar poder antioxidante, evitando la actividad de los radicales libres”, expone Raquel González, cosmetóloga y directora de formación de Perricone MD.

placeholder Hay que optar por cosméticos que contengan ingredientes que ayuden a reequilibrar la hidratación de la piel. (Imaxtree)
Hay que optar por cosméticos que contengan ingredientes que ayuden a reequilibrar la hidratación de la piel. (Imaxtree)

Estas son las plantas que te nacen en las montañas y los beneficios más importantes que pueden aportar a tu piel:

  • Árnica. Destaca por su poderosa actividad antiinflamatoria. "Y aunque es menos común su uso en skincare facial, puede ofrecer actividad calmante en el tratamiento de inflamación por la sequedad causada por el frío”, afirma Ana Yuste, responsable de formación de Aromatherapy Associates.
  • Caléndula. “Ofrece una gran actividad cicatrizante que permite tratar irritaciones, cicatrices o grietas en la piel, así como mejora la rosácea y los eccemas. Y también ayuda a regenerar la piel, mejorando la producción natural de colágeno”, declara Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza. Además, tiene poder antiséptico, lo que previene posibles infecciones.
  • Manzanilla. También conocida como camomila, en las formulaciones cosméticas se la suele denominar bisabolol o alpha bisabolol. Tiene una gran capacidad antiinflamatoria y calmante de la piel, ayudando a prevenir rojeces e irritaciones. Además, de producirse dolor o quemazón, puede incluso aportar efecto analgésico.
  • Lavanda. Integra propiedades calmantes, antiinflamatorias, antibacterianas, cicatrizantes y antisépticas. Encima, “es astringente, antioxidante y antimicrobiana. Esto se debe a que posee en su composición flavonoides y ácidos rosmanírico y ursólico”, amplía Yuste.
  • Romero. “Es un poderoso antioxidante natural que ayuda a reafirmar, es altamente absorbible y ha sido apreciado durante siglos por sus propiedades tonificantes. También promueve la regeneración celular, permitiendo a la piel reforzarse ante agentes externos o condiciones climatológicas adversas”, asegura González. Y es común verlo en tratamientos antiacné por ser un gran antiséptico y seborregulador.
placeholder La piel se expone a agresiones como el viento o las bajas temperaturas, lo que repercute en su falta de hidratación. (Unsplash/Chase Fade)
La piel se expone a agresiones como el viento o las bajas temperaturas, lo que repercute en su falta de hidratación. (Unsplash/Chase Fade)

Sumerge tus pies en agua caliente antes de dormir

Un relajante baño de pies al final del día es todo lo que tu cuerpo necesita para recuperarse y descansar mejor. Además, “esta práctica regula los canales y colaterales (sistema complejo de circulación energética), promueve la circulación sanguínea, alivia la fatiga y mejora la calidad de sueño”, garantiza Jean-Luc Riehm, experto en bienestar del hotel Royal Hideaway La Bobadilla. Basta con sumergirlos de 15 a 20 minutos a una temperatura de unos 40 grados.

placeholder Sumergirse en agua a temperatura controlada mejora la recuperación y el descanso. (Unsplash/Roberto Nickson)
Sumergirse en agua a temperatura controlada mejora la recuperación y el descanso. (Unsplash/Roberto Nickson)

Y también puedes añadir plantas o aceites para potenciar los beneficios de la sesión. “Un puñado de hojas secas de artemisa mejorará la función del aparato digestivo, unas rodajas de raíz de jengibre fresco ayudan a aliviar el frío interno o los síntomas de un resfriado, el romero hace su efecto sobre el sistema respiratorio y también relaja los tejidos del cuerpo, mientras la lavanda relaja y mejora la calidad del sueño”, añade.

Descubre los beneficios de un baño de bosque

Shinrin yoku, traducido como baño de bosque, es una terapia japonesa que consiste en visitar o pasear de manera relajada por un ecosistema forestal y conectar con el entorno empleando todos los sentidos. Y al contrario de lo que puede sugerir su nombre, no consiste en bañarse ahí en medio, sino de ‘bañar’ tus sentidos mientras caminas por la naturaleza.

“Un baño de bosque no es más que dar un paseo consciente con un grupo reducido de personas acompañado de un guía, donde se mantiene la calidad del silencio y se favorece la conexión con el entorno natural”, desvela el experto en bienestar del hotel Royal Hideaway La Bobadilla, donde los huéspedes pueden realizar esta actividad.

Además, el experto habla sobre las propiedades de este ritual: “Se potencian tanto los beneficios en la salud como en el bienestar. Se experimenta una sensación de relajación y los pensamientos y preocupaciones pasan a otro plano gracias a la conexión que se establece con el entorno. Se consigue una recarga de forma natural, ya que aumenta la energía, se regula la presión arterial, se refuerza el sistema inmunológico y se reduce el estrés”.

¿Cómo es posible? Debido a que “el aire en los bosques está impregnado de fitoncidas, que son compuestos volátiles que emiten los árboles y plantas, capaces de aumentar la actividad de nuestras células defensivas (conocidas como natural killer) y de potenciar la actividad de las proteínas anticancerígenas”, concluye.

El abedul, el haya roja, el roble, el alerce, la picea, el tejo, el pino, el tilo, el cedro, la robina o el abeto son árboles que pueden aportarnos muchos beneficios, así como infinitas plantas que emiten estos compuestos volátiles tan vitales para nuestra salud.

Muchas personas aprovechan a principio de enero para hacerse una escapada a la montaña o a la nieve. Este es un plan perfecto para desconectar y comenzar el año nuevo con las pilas cargadas, pero también puede ser el momento idóneo tanto para modificar algunos hábitos de la rutina de belleza diaria como para introducir ingredientes autóctonos o incluso probar algún secreto de belleza propio de la zona.

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